Como habrán leído en mi entrada anterior, lisa y llanamente
quede sin moto, así que luego de mi recuperación tuve que recurrir a la caridad
de mis amigos para poder salir a pasear.
Así fue como en diciembre decidí realizar la ruta luego que
mis amigos de “sinverfronteras” hicieron un par de semanas antes. Esta ruta
pasa por el antiguo ramal que conectada Pichilemu con San Fernando, la cual
vimos de una publicación de la gente de “aventura 4X4”
Apelando a la lastima de mis amigos conseguí con Etko su “Halcón
Milenario” una DR200 que recordaran fuimos a buscar a Osorno. Como era la
primera vez que la manejaba por off también aprovechare para hacer un mini
review al final. Luego de recibir el Halcón, empecé a trabajar en ella,
cambiándole la piola de embrague, poniendo mi viejo y fiel GPS, con un soporte
al que no le tenía mucha fe, pero era la única forma de poder llevarlo,
instalando un cargador de celulares, y dejando la moto en estado decente para
viajar.
El siempre necesario cargador de celular
Dr lista para salir
Como siempre la noche anterior dejando todo listo para
partir esperando no olvidar nada y “partir temprano” cosa que como ya es
habitual nunca ocurre.
Ah olvidaba mencionar, para esta ruta no iba solo, iba con
acompañante, quien increíblemente se podía sentar entre el diminuto espacio entre
mí y la carpa.
notese el poco espacio para mi acompañante :D
Parada rapida en Melipilla
Rápidamente tomamos camino en dirección a Melipilla,
cargamos combustible y tomamos camino hacia el cruce las arañas. Luego tomamos
dirección a la central Rapel, parada casi obligada de cualquier ruta que tenga
esa dirección, hasta aquí todo normal, considerando que es un camino ya
conocido para mí.
Cuando subía el lado poniente de la central fue inevitable
para mí recordar la ruta que hice hace unos años en la Poderosa (XR125) junto a
mi prima, la pobre apenas subía en primera con ambos sobre ella. Pero esta vez
fue diferente el torque del Halcón se notó desde un principio, subiendo en
tercera sin mayor esfuerzo, casi sin notar la pendiente del camino, con marchas
muy elásticas, así que las cuestas no fueron problema. Luego de superada la
cuesta llegamos a el primer sector de tierra de la ruta; la desviación a La
Estrella. Rápidamente me emocione y le
puse a fondo por unos 3 kilómetros, hasta llegar a un corte de camino,
lamentablemente ya están trabajando para pavimentar el camino, una pena para
nosotros pero debe ser una alegría para los habitantes del sector. Gracias a
las marcas que ribo me había compartido no tuve mayor problema para ubicarme en
la ruta, Pasamos por el sector de las Damas, El sauce, Hasta llegar a Alcones
(si, se escribe sin “H”) aquí nuevamente empezamos la tierra con objetivo de
ingresar al sector de los túneles y seguir por las huellas de la vía férrea.
Llegando a la Estrella
Varios sectores de la Ruta se encontraban de esta forma por culpa de gente descuidada
Aunque estaba marcado el punto de ingreso, este era poco
visible así que me pase por un par de kilómetros, luego de percatarme, volví
hasta que di con la entrada. Si bien la entrada no presentaba mayor dificultad
en sí (como se ve en el video de mas abajo), el hacerlo con mochila más las maletas y mucho peso, costaban mucho
llevar la moto controlada en el descenso, por suerte no pasó nada y llegamos
abajo sin problemas.
Esta ruta presentada dos puntos “difíciles” por lo que
había visto, uno de ellos era una pasada para llegar a las huellas de la vía
férrea, la cual era un paso por unos troncos sobre un pequeño barrial, a esto
se le suma que al otro lado había una rama a la altura de la cabeza que
dificultaba la salida. Como era de esperar, y considerando que hace años no
andaba en tierra, no lo pude hacer al primer intento y la rueda se metió
entremedio de los troncos, al segundo intento solo conseguí romper más en los
troncos, para al fin lograr al tercer intento sacar la moto de los troncos.
La rama asesina
En ese sector se me enterro la rueda trasera
A eso del mediodía, di con la huella de las vías. Emocionado
empecé a avanzar hasta que llegue al primer túnel, cuando llegue al sector vi
que había mucho agua en la entrada, la salida se veía muy lejana y en el
interior sería imposible dar vuelta la moto para devolverme, la verdad que en
ese momento sentí miedo de no poder pasarlo. Pero como ya estábamos ahí, la
única solución era seguir hacia delante, me arme de valor, entre al túnel y
aunque sufrí mucho producto del ripio y los durmientes sueltos al interior del túnel,
salí sin mayores complicaciones.
La entrada del túnel El Quillay
Pasado los 2 kilómetros del túnel, nos detuvimos a descansar
un rato para lamentablemente darnos cuenta que ahí, en medio de la nada, gente
que visita el sector bota la basura donde sea. Por culpa de gente como ellos
luego nos niegan el acceso a todos, así que recogimos lo que pudimos, amarramos
a las maletas y seguimos el viaje.
Seguimos el camino, pasamos el segundo túnel que no era tan
extenso como el anterior, y de aquí tomamos un camino que al parecer es de una
forestal, avanzamos un rato hasta que retomamos las vías del tren. Esta vez el
camino se volvía un poco más difícil, tanto que a varias veces estuve a punto
de caer por los durmientes que estaban en el suelo.
Segundo tunel
Camino de piedras y Durmientes
En sectores la vía del tren estaba bloqueada así que había
que seguir por un camino lateral, el que no estaba en las mejores condiciones,
pero con paciencia era transitable.
Todo bien hasta que llegamos al segundo
sector difícil de la ruta, una subida por una huella que entraba en una zanja
de al menos la mitad de la rueda de la moto, a eso sumado que entre pésimo a
ella, adivinen el resultado, la moto otra vez atrapada.
y asi quedo la moto enterrada
Como vieron en el video la moto no quedo en la mejor
posición ni yo tampoco, así que tuve que desmontar la maleta que topo en la
zanja, y bueno al sacarla la moto no tuvo mayor problema para salir aunque mi
orgullo quedo en el piso. De ahí en adelante el camino se vuelve bastante
sencillo, sin mucha dificultad, paramos en una especie de gruta (corríjanme si
no es eso) de San Judas. Tomamos un par de fotos y recuperamos el aliento.
De aquí la ruta era bastante sencilla, o eso era lo que
creía, en esta parte tocaba un sector de unas bajadas relativamente fáciles,
pero al hacerlas empecé a notar que el embrague estaba cada vez más y más
largo, al punto que el juego libre era casi todo el recorrido del embrague,
preocupado porque aún quedaba mucho por recorrer, pero también estaba muy lejos
de casa para volver con los discos de embrague malos, que hasta ese momento era
lo que creía, preferí seguir así hasta llegar a Pichilemu ya que quedaba poco y
ver que tenía. Cuando llegue al camino principal, a un par de kilómetros de
Pichilemu me detuve al lado para inspeccionar la moto y por suerte para mí solo
era la contratuerca de la piola del embrague que había instalado días antes, se soltó por la vibración del camino.
La bendita tuerca que me hizo sufrir
Ya más relajado comimos las más exquisitas y enormes
empanadas que he comido en toda mi vida en “la casa de las empanadas” mientras
esperábamos aprovechamos de descansar, ver cuánto nos quedaba para llegar al
sector donde acamparíamos, ya a eso de las 5 de la tarde, nos devoramos las
empanadas. Y decidimos partir hacia donde acamparíamos.
empanadas 100% recomendadas
tenían mucho mucho queso
El Sector donde
acamparíamos era a las orillas del estero Nilahue, para llegar a él pasamos por
las salinas de cáhuil, un sector dedicado a la producción de sal, mi mochila
alcanzo a tomar algunas fotos mientras yo disfrutaba de la ruta como un
demente. Al llegar al estero, mientras buscaba un sector donde acampar, y el Halcón
milenario dijo “hasta aquí no más llego” y se tiró al suelo, así que ya por el
cansancio no me quedo más que hacerle caso, desmonte las maletas y arme la
carpa al lado de donde estaba caída la moto. Recogí la moto, la enterré para
evitar que me la intentaran robar, si a veces soy desconfiado, nos bañamos un
rato en el canal y nos fuimos a dormir.
Las salinas de Cahuil
nuestro campamento
Al ver este camión pasar, me anime y pensé que cualquier vehículo podría atravesar el estero, al otro día me daría cuenta que no era así.
Al otro día nos levantamos, tomamos desayuno mientras
planeábamos como cruzar el estero. Quedamos de acuerdo que para no viajar con
la ropa mojada, tomaríamos las cosas y las cruzaríamos en traje de baño, las
dejaríamos al otro lado y luego yo atravesaría la moto de la misma forma para
finalmente al otro lado secarnos y equiparnos, todo iba bien, y cuando
estábamos a punto de irnos llega una camioneta e intenta pasar por el mismo
sector que nosotros aunque con un resultado diferente al nuestro: quedo enterrada
en medio del agua. Así que como no había nadie más, no me quedo otra opción más
que sacarme todo el equipo, ponerme nuevamente el traje de baño e ir a
ayudarlos. Luego de 30 minutos intentando hacer que la camioneta partiera sin
éxito, me preguntaron si los podía llevar a cáhuil (cinco minutos en moto) para
buscar una camioneta y remolcarlos, así que nos fuimos y luego de estar una
hora y media tratando de desterrar la camioneta finalmente lo logramos.
Listo para partir...denuevo
Luego
de esa divertida experiencia para nosotros, seguimos rumbo a paredones. La
verdad es que a esa altura ya conducía por inercia, si bien los caminos eran
divertidos, el cansancio ya se hacía notar. En paredones nos detuvimos un rato
a descansar, cargar combustible y seguir camino a san pedro de alcántara,
pueblo que pasamos fugazmente, al punto de no darme cuenta que lo habíamos
pasado, hasta unos 10 kilómetros pasado este. Aquí empecé a ver por el GPS los
puntos indicados y vi que había otra ruta de tierra que nos evitaría el paso
por Lolol para dejarnos en el sector de la puntilla y retomar el track, eso en
teoría, porque en el punto donde estaba la bifurcación del camino iba tan
concentrado en mirar el camino que olvide mirar el track hasta varios kilómetros
mas, al final terminamos entre unas viñas, por suerte la puerta estaba abierta
y logramos salir del lugar, Desde aquí tomamos un camino bien entretenido,
aunque muy poco usado, al punto que me hizo pensar varias veces que habíamos
equivocado el camino, hasta que encontramos las palmas, lo que me dio un grado
de tranquilidad que íbamos por la ruta correcta. Muy cansados y casi a las 5 de
la tarde llegamos a Santa Cruz, comimos unos sándwiches y nos sentamos a
descansar en una plaza, como la moto esta cargada, la dejamos al lado nuestro,
al rato llego carabineros obligándonos a sacar al moto asi que tuvimos que dar
por cancelado el descanso y seguir nuestro camino. Fuerte y derecho hasta
Melipilla, donde llegamos pasado las 8 de la noche Finalizando así nuestro
viaje.
Ruta "de las Palmas"
Agotado la en Santa Cruz
La chaqueta de mi copiloto quedo en ese estado
Puente del lago Rapel
Atardecer en puente de Melipilla
Respecto al Halcón milenario, es una moto que no destaca por
su velocidad final, que siendo bien honesto deja
mucho que desear en ese aspecto, llegando a uno modestos 100km/h, lo destacable
es que gracias al torque del motor, hasta en las subidas más pronunciadas del
camino mantuvo esta misma velocidad. Creo que sería la moto ideal para viajar
si tuviera una sexta marcha. Por lo demás es muy cómoda y versátil, la versión
que probé es la versión agro, de lo cual destaco que me gustó mucho su parrilla
trasera gigantesca y la parrilla ubicada sobre el foco mayor que permitía dejar
los guantes incluso apoyar el casco. Una muy buena moto para el segmento, debo
decir que me dejo gratamente sorprendido. Por ultimo agradecer a mi amigo Etko que me presto su moto a pesar de todo el bullying que le hicieron diciendo que la moto volvería rota.
Y como siempre aquí dejo el Track por si alguien se anima