domingo, 14 de mayo de 2017

Pichilemu, Cahuil, Santa Cruz

Como habrán leído en mi entrada anterior, lisa y llanamente quede sin moto, así que luego de mi recuperación tuve que recurrir a la caridad de mis amigos para poder salir a pasear.
Así fue como en diciembre decidí realizar la ruta luego que mis amigos de “sinverfronteras” hicieron un par de semanas antes. Esta ruta pasa por el antiguo ramal que conectada Pichilemu con San Fernando, la cual vimos de una publicación de la gente de “aventura 4X4”
Apelando a la lastima de mis amigos conseguí con Etko su “Halcón Milenario” una DR200 que recordaran fuimos a buscar a Osorno. Como era la primera vez que la manejaba por off también aprovechare para hacer un mini review al final. Luego de recibir el Halcón, empecé a trabajar en ella, cambiándole la piola de embrague, poniendo mi viejo y fiel GPS, con un soporte al que no le tenía mucha fe, pero era la única forma de poder llevarlo, instalando un cargador de celulares, y dejando la moto en estado decente para viajar.



El siempre necesario cargador de celular



Dr lista para salir

Como siempre la noche anterior dejando todo listo para partir esperando no olvidar nada y “partir temprano” cosa que como ya es habitual nunca ocurre.
Ah olvidaba mencionar, para esta ruta no iba solo, iba con acompañante, quien increíblemente se podía sentar entre el diminuto espacio entre mí y la carpa.
notese el poco espacio para mi acompañante :D

Parada rapida en Melipilla

Rápidamente tomamos camino en dirección a Melipilla, cargamos combustible y tomamos camino hacia el cruce las arañas. Luego tomamos dirección a la central Rapel, parada casi obligada de cualquier ruta que tenga esa dirección, hasta aquí todo normal, considerando que es un camino ya conocido para mí. 


Cuando subía el lado poniente de la central fue inevitable para mí recordar la ruta que hice hace unos años en la Poderosa (XR125) junto a mi prima, la pobre apenas subía en primera con ambos sobre ella. Pero esta vez fue diferente el torque del Halcón se notó desde un principio, subiendo en tercera sin mayor esfuerzo, casi sin notar la pendiente del camino, con marchas muy elásticas, así que las cuestas no fueron problema. Luego de superada la cuesta llegamos a el primer sector de tierra de la ruta; la desviación a La Estrella. Rápidamente me emocione y  le puse a fondo por unos 3 kilómetros, hasta llegar a un corte de camino, lamentablemente ya están trabajando para pavimentar el camino, una pena para nosotros pero debe ser una alegría para los habitantes del sector. Gracias a las marcas que ribo me había compartido no tuve mayor problema para ubicarme en la ruta, Pasamos por el sector de las Damas, El sauce, Hasta llegar a Alcones (si, se escribe sin “H”) aquí nuevamente empezamos la tierra con objetivo de ingresar al sector de los túneles y seguir por las huellas de la vía férrea.






Llegando a la Estrella




Varios sectores de la Ruta se encontraban de esta forma por culpa de gente descuidada

Aunque estaba marcado el punto de ingreso, este era poco visible así que me pase por un par de kilómetros, luego de percatarme, volví hasta que di con la entrada. Si bien la entrada no presentaba mayor dificultad en sí (como se ve en el video de mas abajo), el hacerlo con mochila más las maletas y mucho peso, costaban mucho llevar la moto controlada en el descenso, por suerte no pasó nada y llegamos abajo sin problemas.




Esta ruta presentada dos puntos “difíciles” por lo que había visto, uno de ellos era una pasada para llegar a las huellas de la vía férrea, la cual era un paso por unos troncos sobre un pequeño barrial, a esto se le suma que al otro lado había una rama a la altura de la cabeza que dificultaba la salida. Como era de esperar, y considerando que hace años no andaba en tierra, no lo pude hacer al primer intento y la rueda se metió entremedio de los troncos, al segundo intento solo conseguí romper más en los troncos, para al fin lograr al tercer intento sacar la moto de los troncos.


La rama asesina


En ese sector se me enterro la rueda trasera

A eso del mediodía, di con la huella de las vías. Emocionado empecé a avanzar hasta que llegue al primer túnel, cuando llegue al sector vi que había mucho agua en la entrada, la salida se veía muy lejana y en el interior sería imposible dar vuelta la moto para devolverme, la verdad que en ese momento sentí miedo de no poder pasarlo. Pero como ya estábamos ahí, la única solución era seguir hacia delante, me arme de valor, entre al túnel y aunque sufrí mucho producto del ripio y los durmientes sueltos al interior del túnel, salí sin mayores complicaciones.


La entrada del túnel El Quillay



Pasado los 2 kilómetros del túnel, nos detuvimos a descansar un rato para lamentablemente darnos cuenta que ahí, en medio de la nada, gente que visita el sector bota la basura donde sea. Por culpa de gente como ellos luego nos niegan el acceso a todos, así que recogimos lo que pudimos, amarramos a las maletas y seguimos el viaje.

Seguimos el camino, pasamos el segundo túnel que no era tan extenso como el anterior, y de aquí tomamos un camino que al parecer es de una forestal, avanzamos un rato hasta que retomamos las vías del tren. Esta vez el camino se volvía un poco más difícil, tanto que a varias veces estuve a punto de caer por los durmientes que estaban en el suelo.
Segundo tunel







Camino de piedras y Durmientes


En sectores la vía del tren estaba bloqueada así que había que seguir por un camino lateral, el que no estaba en las mejores condiciones, pero con paciencia era transitable.




Todo bien hasta que llegamos al segundo sector difícil de la ruta, una subida por una huella que entraba en una zanja de al menos la mitad de la rueda de la moto, a eso sumado que entre pésimo a ella, adivinen el resultado, la moto otra vez atrapada.
y asi quedo la moto enterrada






Como vieron en el video la moto no quedo en la mejor posición ni yo tampoco, así que tuve que desmontar la maleta que topo en la zanja, y bueno al sacarla la moto no tuvo mayor problema para salir aunque mi orgullo quedo en el piso. De ahí en adelante el camino se vuelve bastante sencillo, sin mucha dificultad, paramos en una especie de gruta (corríjanme si no es eso) de San Judas. Tomamos un par de fotos y recuperamos el aliento.




De aquí la ruta era bastante sencilla, o eso era lo que creía, en esta parte tocaba un sector de unas bajadas relativamente fáciles, pero al hacerlas empecé a notar que el embrague estaba cada vez más y más largo, al punto que el juego libre era casi todo el recorrido del embrague, preocupado porque aún quedaba mucho por recorrer, pero también estaba muy lejos de casa para volver con los discos de embrague malos, que hasta ese momento era lo que creía, preferí seguir así hasta llegar a Pichilemu ya que quedaba poco y ver que tenía. Cuando llegue al camino principal, a un par de kilómetros de Pichilemu me detuve al lado para inspeccionar la moto y por suerte para mí solo era la contratuerca de la piola del embrague que había instalado días antes, se soltó por la vibración del camino.
La bendita tuerca que me hizo sufrir

Ya más relajado comimos las más exquisitas y enormes empanadas que he comido en toda mi vida en “la casa de las empanadas” mientras esperábamos aprovechamos de descansar, ver cuánto nos quedaba para llegar al sector donde acamparíamos, ya a eso de las 5 de la tarde, nos devoramos las empanadas. Y decidimos partir hacia donde acamparíamos.


empanadas 100% recomendadas

tenían mucho mucho queso

El Sector donde acamparíamos era a las orillas del estero Nilahue, para llegar a él pasamos por las salinas de cáhuil, un sector dedicado a la producción de sal, mi mochila alcanzo a tomar algunas fotos mientras yo disfrutaba de la ruta como un demente. Al llegar al estero, mientras buscaba un sector donde acampar, y el Halcón milenario dijo “hasta aquí no más llego” y se tiró al suelo, así que ya por el cansancio no me quedo más que hacerle caso, desmonte las maletas y arme la carpa al lado de donde estaba caída la moto. Recogí la moto, la enterré para evitar que me la intentaran robar, si a veces soy desconfiado, nos bañamos un rato en el canal y nos fuimos a dormir.






Las salinas de Cahuil





nuestro campamento

Al ver este camión pasar, me anime y pensé que cualquier vehículo podría atravesar el estero, al otro día me daría cuenta que no era así.
Al otro día nos levantamos, tomamos desayuno mientras planeábamos como cruzar el estero. Quedamos de acuerdo que para no viajar con la ropa mojada, tomaríamos las cosas y las cruzaríamos en traje de baño, las dejaríamos al otro lado y luego yo atravesaría la moto de la misma forma para finalmente al otro lado secarnos y equiparnos, todo iba bien, y cuando estábamos a punto de irnos llega una camioneta e intenta pasar por el mismo sector que nosotros aunque con un resultado diferente al nuestro: quedo enterrada en medio del agua. Así que como no había nadie más, no me quedo otra opción más que sacarme todo el equipo, ponerme nuevamente el traje de baño e ir a ayudarlos. Luego de 30 minutos intentando hacer que la camioneta partiera sin éxito, me preguntaron si los podía llevar a cáhuil (cinco minutos en moto) para buscar una camioneta y remolcarlos, así que nos fuimos y luego de estar una hora y media tratando de desterrar la camioneta finalmente lo logramos.




Listo para partir...denuevo

Luego de esa divertida experiencia para nosotros, seguimos rumbo a paredones. La verdad es que a esa altura ya conducía por inercia, si bien los caminos eran divertidos, el cansancio ya se hacía notar. En paredones nos detuvimos un rato a descansar, cargar combustible y seguir camino a san pedro de alcántara, pueblo que pasamos fugazmente, al punto de no darme cuenta que lo habíamos pasado, hasta unos 10 kilómetros pasado este. Aquí empecé a ver por el GPS los puntos indicados y vi que había otra ruta de tierra que nos evitaría el paso por Lolol para dejarnos en el sector de la puntilla y retomar el track, eso en teoría, porque en el punto donde estaba la bifurcación del camino iba tan concentrado en mirar el camino que olvide mirar el track hasta varios kilómetros mas, al final terminamos entre unas viñas, por suerte la puerta estaba abierta y logramos salir del lugar, Desde aquí tomamos un camino bien entretenido, aunque muy poco usado, al punto que me hizo pensar varias veces que habíamos equivocado el camino, hasta que encontramos las palmas, lo que me dio un grado de tranquilidad que íbamos por la ruta correcta. Muy cansados y casi a las 5 de la tarde llegamos a Santa Cruz, comimos unos sándwiches y nos sentamos a descansar en una plaza, como la moto esta cargada, la dejamos al lado nuestro, al rato llego carabineros obligándonos a sacar al moto asi que tuvimos que dar por cancelado el descanso y seguir nuestro camino. Fuerte y derecho hasta Melipilla, donde llegamos pasado las 8 de la noche Finalizando así nuestro viaje.

Ruta "de las Palmas"



Agotado la en Santa Cruz


La chaqueta de mi copiloto quedo en ese estado 





Puente del lago Rapel


Atardecer en puente de Melipilla


Respecto al Halcón milenario, es una moto que no destaca por su velocidad final, que siendo bien honesto   deja mucho que desear en ese aspecto, llegando a uno modestos 100km/h, lo destacable es que gracias al torque del motor, hasta en las subidas más pronunciadas del camino mantuvo esta misma velocidad. Creo que sería la moto ideal para viajar si tuviera una sexta marcha. Por lo demás es muy cómoda y versátil, la versión que probé es la versión agro, de lo cual destaco que me gustó mucho su parrilla trasera gigantesca y la parrilla ubicada sobre el foco mayor que permitía dejar los guantes incluso apoyar el casco. Una muy buena moto para el segmento, debo decir que me dejo gratamente sorprendido. Por ultimo agradecer a mi amigo Etko que me presto su moto a pesar de todo el bullying que le hicieron diciendo que la moto volvería rota. 

Y como siempre aquí dejo el Track por si alguien se anima